Más poético que analítico, Javier Codesal, precursor del videoarte en nuestro país, y responsable de la reconstrucción final de “Acariño galaico”, reflexiona en su obra “Dos películas” (Editorial Periférica, 2010), que incluye sus cortometrajes “O milagre da carne” y “Bocamina”, sobre la esencia más íntima del cine. Con un bello lenguaje lírico y fluido, el autor transita a través de la obra de grandes cineastas tras la pista del secreto del séptimo arte, hasta llegar a Val del Omar, culmen de la experimentación en la alternancia de la luz.
Publicado: 25/01/2011
La indagación propuesta en este libro abre nuevas vías, pues la naturaleza del cine, más que con lo puramente retiniano, está ligada con su presencia y su ausencia en detrimento de la imagen. El cine es visto como acontecer en la más estricta terminología heideggeriana. Y en este acontecer reside la auténtica imagen, tal y como Andy Warhol lo planteó en “Empire”. El cine trasciende la imagen y su secreto no es visible. Lo que excita es el secreto velado por la imagen. Val del Omar supo aprehender la esencia del cine, tanto que estas pesquisas formaron parte de sus investigaciones cinematográficas.
Además, Codesal propone difuminar los lindes entre lo que originariamente se conoce como videoarte y cine, ejemplificando este hecho en el trabajo del coreano Nam June Paik. Cuando el asiático se dispuso a filmar con su videocámara, inauguró una nueva corriente artística, el videoarte. Pero esta novedad afectó al cine, no de modo negativo, sino más bien positivo, pues, ofreció una ampliación de posibilidades y enfoques hasta entonces impensables.
Tanto es así que hoy se puede afirmar que el cine se desplegó de su lugar original para trasladarse y convivir con mucha decencia en el seno de las artes visuales. Así pues, el cine que se circunscribe en el ámbito de las artes encuentra un espacio propio en los museos de arte contemporáneo. En esta línea sitúa a artistas de la talla de Godard, Kiarostami, Akerman y Costa, entre otros muchos.
Javier Codesal, en sus cortometrajes “O milagre da carne” y “Bocamina”, filmados ambos en 35mm y a caballo entre el documental y la ficción, presenta el arraigo y el apego a la tierra pero desde distintas ópticas. En el primero, se resaltan los lazos familiares y las costumbres ancestrales de un pueblo gallego para retratarlas desde un realismo poético que se aproxima en algunos aspectos a “La sangre de las bestias” de George Franju. Mientras que en el segundo, son unos mineros cartageneros los que, poniendo en primer plano el flamenco (como valor de enraíce y como trasmisión cultural), se sienten más cercanos a la tierra que trabajan, al margen de la alienación que se puede esperar de una ocupación de esta índole.
En resumen, Codesal firma un trabajo maravilloso que los amantes del arte y la meditación estética no puede pasar por alto.
María José López
Publicado, en versión reducida, en el Anuario Fotogramas 2011.