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Julia Ducournau: "El cuerpo es un buen reflejo de nuestra mente"

El cielo estaba nublado, era un ambiente húmedo y algunas pequeñas gotas de lluvia caían sobre el jardín interior del hotel Melià de Sitges. Serían poco más de las 16.00 cuando Julia Ducournau, con una chaqueta de piel negra y una perfecta coleta, se encendió un largo y delicado cigarro mientras comenzamos a conversar con ella.

Publicado: 15/03/2017

Minutos antes de la entrevista, la cineasta parisina comparte confidencias con un Jaume Balagueró entusiasmado que no duda en confesarle lo mucho que ha disfrutado durante el pase de 'Crudo' en el Auditori. Pero su sonrisa no tarda en desdibujarse. La tanda de preguntas la abre un compañero de la prensa que, quizás por romper el hielo, cae en el tópico, en una cuestión que Ducournau a buen seguro ya ha escuchado en más de una ocasión y que parece importunarle sobremanera, a tenor de la brusquedad de su respuesta.

¿Eres vegetariana?

¿Realmente importa?

¿Pero pretendías mostrarnos una visión extrema del vegetarianismo?

En absoluto.

Afortunadamente, el sobresalto (¿la tensión?) de partida se transforma rápidamente en una charla agradable y distendida según avanza el cuestionario.

¿De dónde proviene la esencia del film? ¿Qué tipo de referencias manejabas a la hora de realizar la película?

Soy guionista y quería establecer este film como un reto artístico. Quería construir un personaje con el que me identificase y con el que a la vez sintiera empatía, pero que llegados a un punto cometiera un acto que se podría calificar como inhumano. La idea era mantener esta empatía y que el espectador se adentrara en la cabeza de este personaje y sintiera ese acto inhumano. Quería plantearlo como un juego moral y cuestionar sus valores. De esta manera podemos evolucionar hacia una identidad humana. Yo sabía que el canibalismo era un tema que podría ir a rebufo, pero no estamos hablando de vampiros, estamos hablando de algo humano que, creo, debemos aceptar. Intento que se supere este rechazo inicial y podamos comprenderla.

Este sería el tercer trabajo donde aparece el personaje de Justine. Este hecho nos hace pensar que ha ido creciendo desde su primer cortometraje y su posterior telefilm. ¿Esta transformación física guarda también un aspecto moral? Y, si es así, ¿continuarías con la evolución de dicho personaje?

En el cortometraje y en el telefilm no se abordaba tanto el aspecto moral, sino el aspecto físico. El personaje era más bien como una serpiente que mudaba de piel. Aquí me he centrado en el físico, pero más en su aspecto moral. Pienso que es muy importante que el cuerpo refleje lo que sucede dentro del alma. Creo que todos nos podemos identificar con la situación. Cuando nos sentimos estresados hemos experimentado picores, irritaciones en la piel, nos salen granos, etc. Por tanto, pienso que el cuerpo es un buen reflejo de lo que tenemos en la mente. De hecho, pienso que normalmente el cuerpo habla antes que la cabeza. Refleja antes las cosas. Y encuentro que esta idea es un buen punto de partida para llegar al público.

Tal y como has comentado, los caníbales no son vampiros, pero siempre los hemos asociados a culturas más indígenas. ¿Crees que podemos encontrar casos en nuestra sociedad occidental?

Sin duda el canibalismo está presente en la sociedad occidental. Desde el siglo XIX han existido asesinos en serie que se comían a sus víctimas. De hecho, pienso que es parte de nosotros y tenemos ejemplos bastante claros. Cuando unos padres tienen un hijo, y aún es bebé, se acostumbra a decir aquello de "¡Qué bonito eres! ¡Te comería!".

Es cierto que el film trata el tema del canibalismo, pero creo que aquí va más allá. Incluso podemos referenciarlo al despertar sexual, y a la idea de enfrentarse a la soledad por encima de la protección de la familia.

Es interesante, estamos hablando de una joven que descubre que no es únicamente fruto de sus padres, sino que también se da cuenta de que sus padres no tienen las verdades absolutas sobre la vida y, sobre todo, de la vida adulta. Ella aprende a pensar sola. Se hace fuerte y corta el cordón umbilical con su familia para ser ella misma. Por ejemplo, para simplificar la relación de las dos hermanas, yo recurro a una imagen biológica. La de la célula que se divide y evoluciona, donde ésta adquiere su propia identidad. Sin duda en este fenómeno hay una pérdida, las dos células continúan siendo las mismas, pero diferentes al mismo tiempo.

Más allá de las imágenes explícitas y la propia violencia que podemos ver en el film, también podemos encontrar cierta ternura en relación con la hermana y su amigo. ¿Te resultó complicado encontrar este equilibrio?

Sí, me supuso mucho tiempo. Fue un trabajo largo y preciso encontrar este equilibrio entre las personas y los sentimientos que aparecen en la película. Pienso que es muy interesante la relación fraternal, entre hermanas y hermanos, porque puedes pasar del odio absoluto al amor más profundo, y poco después volver otra vez al odio, y así constantemente. Puedes pasar de un estado a otro sin grandes explicaciones porque estamos delante de un fuerte vínculo. Y este hecho es muy cinematográfico.

Justine rechaza el vegetarianismo de su familia. ¿Tiene esto que ver con la etapa adolescente y rebelde para reafirmar la individualidad frente al colectivo?

Este sería un primer nivel, el de la rebelión adolescente. Pero la rebelión que yo presento es superior, es una rebelión contra la sociedad, contra la violencia general, social, económica, y política.

¿Qué opinas sobre los desmayos que se produjeron en los pases del festival de Toronto? ¿Cree que ha conseguido su finalidad creando una imagen grotesca de su film?

En absoluto, mi intención no era que los espectadores se desmayaran. Pero cada uno tiene su cuerpo, y yo aquí no puedo hacer nada. Al menos pienso que he conseguido que el público sienta cosas físicas, y que su interior se active mientras ven la película.

Alicia Escribano

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