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El akelarre de Álex de la Iglesia arranca carcajadas en el Zinemaldia

Hugo Silva, Mario Casas, Carmen Maura, Terele Pávez y Carolina Bang encabezan el reparto de una comedia de terror que recupera el pulso gamberro de su director.

Publicado: 22/09/2013

¿Más bestia que 'El día de la bestia? Sí, los momentos más grotescos de aquel título señero de nuestra cinematografía son rebasados en su último film a base de brutalidad ruda y alguna que otra píldora gore. Con sus brujas, el realizador vasco vuelve a dejar claro que sí hay un territorio donde el terror disparatado y las situaciones inverosímiles casan con el humor más excesivo de la forma más natural: ése es su filmografía. ¿Es una película divertida? Mucho. “La idea era hacer una película entretenida, sin grandes discursos”, aseguró Álex de la Iglesia en rueda de prensa. “Lo principal era reírse de la guerra de sexos, de los estúpidos que son los hombres y lo malas que pueden llegar a ser las mujeres”. ¿Es su mejor película? Probablemente no, pues el propio realizador confesaba que “no es una obra de grandes mensajes”. Y en eso tiene razón, ni recuerda a 'La comunidad', que reflejaba de manera cruel la codicia humana, ni se parece a “La chispa de la vida” una crítica algo descafeinada de la vileza de los medios de comunicación. Ni rastro, igualmente, del pesimismo histórico de 'Balada triste de trompeta'. Pero también es cierto que, entre tanta locura y desmadre, el cineasta pone el punto de mira en los padres que se enfrentan a juicios 'sangrientos' para consensuar una misión imposible: la custodia compartida.

Aún así, sí que es la cinta más trepidante y cargada de acción de su trayectoria. Desde el minuto no la puede liar más gorda, arrancando con una batalla campal de ver para creer en plena Puerta de Sol (“ese icono en el que se dan cita inmigrantes, gente ganándose la vida y los enamorados que se encuentran debajo del Oso y el Madroño”), y concluye con una insólita y frenética puesta en escena con decenas de lugareñas haciendo de sorginas (“dándolo todo”) en la garganta de las Cuevas de Zugarramurdi durante el akelarre definitivo. El creador de 'Muertos de risa' plantea una excursión antropológica por las entrañas de la Navarra profunda con la intención de popularizar un episodio medieval, en el que treinta mujeres de Zugarramurdi fueron ajusticiadas y despiadadamente castigadas por el proceso inquisitorial de Logroño.

Aunque tampoco es la mejor postal de Euskal Herria (en eso no se parece a los últimos 'packs' turísticos de Woody Allen), es cierto que da a conocer leyendas ancestrales, hasta la fecha poco explotadas. “En todo el mundo es conocido el juicio de Salem. Los anglosajones tienen una capacidad de marketing de la que aquí carecemos”, añadía De la Iglesia para resaltar la importancia de la mitología local, “totalmente comparable con las brujas de Salem”. Con cierta sátira y guiños cariñosos a la cultura vasca, la propia localización, la aparición del Gargantúa y la entonación del 'Baga Biga Higa' de Mikel Laboa, acompañada de la percusión de la txalaparta, suponen algunos de los momentos más emotivos de la cinta. Y, en lo que respecta al reparto, Carmen Maura está superior (irrintzis inclusive), mientras que Hugo Silva se sale en el papel de 'padre coraje' tentado por las circunstancias.

“Me gustan las cosas que me dan miedo y las mujeres me gustan mucho”, apostilló el bilbaíno sin perder en ningún momento su sentido del humor. El mismo que despliega al inicio del metraje, cuando parece ponerse a favor de las chicas para posteriormente hacer todo lo contrario. “No hay muchas cintas donde los hombres aparezcan cotilleando sobre las mujeres, de manera que ha sido una excusa perfecta para abordar el tema desde la perspectiva masculina”, remató. ¿Acaso esta película trata el tema de lo que los hombres piensan de ellas y no se atreven a decir? ¿Debilidad masculina? Quizás.

María José López

 

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