'Miss Violence' de Alexandros Avranas, León de Plata en Venecia

La grotesca historia familiar del griego, también galardonada con la Copa Volpi, revalida el buen estado del nuevo cine heleno.

Publicado: 08/09/2013

Con la huracanada irrupción de Yorgos Lanthimos y Athina Rachel Tsangari en el circuito de certámenes internacionales, el cine griego contemporáneo ha demostrado que hay vida más allá de los veteranos Theo Angelopoulos y Costa-Gavras. El despunte de piezas independientes que ha experimentado la producción audiovisual helena pese a la grave situación económica del país, catalogado por muchos críticos como 'greek weird wave', vuelve a ser premiado, en esta ocasión, bajo el nombre de Alexandros Avranas, que consiguió ayer el León de Plata a la mejor dirección de la 70 edición de Mostra de Venecia por 'Miss Violence'. Además, el protagonista de la cinta, Themis Panou, recibió la Copa Volpi a la mejor interpretación masculina por su magnífico papel. Un certamen al que no le resulta ajeno este tipo de 'arthouse', ya que hace tres años 'Attenberg' de Ariane Labed conseguía el reconocimiento a mejor actriz. Pero Grecia no solo ha conquistado al Lido, sus epopeyas gore, las desconcertantes tesis sobre los medios de control social o las hermosas miradas al encanto de la infancia, también sedujeron a Cannes, caso de la sórdida 'Canino', que fue laureada en 'Un Certain Regard' y obtuvo una nominación al Oscar.

El cineasta que debutó con 'Without', sitúa una cinematografía, que hasta ahora estaba camuflada en festivales-nicho como Locarno y sus virtudes solo se exhibían en los programas paralelos de Berlín o Rotterdam, en el podium más alto con otra grotesca y provocadora (quede como prueba el uso del 'Dance me to the end of love' de Leonard Cohen en el trailer) historia familiar.

El día que cumple once años, Angeliki salta del balcón y se entrega a la muerte con una sonrisa en el rostro. Mientras la policía trata de descubrir la razón de este aparente suicidio, la familia de la niña insiste en que fue un accidente. ¿Por qué quieren olvidar el caso y pasar página? ¿Qué secreto guardaba la joven? Éstas son las preguntas que se formula Servicios Sociales cuando visitan la casa de la víctima y se encuentran con una pulcritud que roza la paranoia. El padre, confiado en que nada puede traicionar su orden porque todo está donde debe estar, se inquieta ante la reacción de su hijo menor, que, de repente, e inconscientemente, comienza a revelar pistas que dejan al descubierto los entresijos del mundo inquietante construido por este singular clan. Uno a uno, los lazos se rompen hasta que, finalmente, la violencia restaura la situación y mantiene a la familia a salvo y unida.

M. J. López

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