'Otro verano' es posible

El madrileño Jorge Arenillas presentó en el Fant su ópera prima con el televisivo Pablo Chiapella y un cameo de Enrique Urbizu.

Publicado: 08/05/2013

Aunque 'Stoker' era la gran apuesta del Fant en términos de popularidad y atención mediática, el festival también es un excelente escaparate para las óperas primas que nacen al margen de los circuitos comerciales. Es el caso de 'Otro verano', el debut tras la cámara de Jorge Arenillas. Como tantos otros, el madrileño, nominado a un Goya por su libreto para 'Invasor' de Daniel Calparsoro, ha forjado su carrera en la trastienda de muchas películas y programas de televisión. Ha sido auxiliar de dirección en series como 'Pepe Carvalho' y ha ejercido como asistente de vídeo para Daniel Monzón o Enrique Urbizu.

'Otro verano' es un relato que medita sobre el sentimiento de culpabilidad y la obsesión. El argumento gira en torno a una pareja de treinteañeros, Sara y Cano, que alquila un soleado chalé para disfrutar de sus vacaciones estivales. Una mañana de eclipse, Sara desaparece sin explicación lógica y sin dejar rastro alguno. Cano, empecinado en hallar la verdad, regresa cada verano para reproducir sistemáticamente esa última semana de agosto que pasaron juntos y así descubrir alguna pista que esclarezca el enigma. Pablo Chiapella, en un cambio de registro que sorprenderá a los entusiastas del incorregible Amador que interpreta en 'La que se avecina', es el rostro más conocido de un reparto reducido que completan Ángela Villar y Verónica Perona. “A Pablo y a mi coguionista Juan Manuel Cuerda los conocía desde el instituto”, confiesa el joven director, dejando claro que todo quedó en familia. La anécdota la aporta Enrique Urbizu, mentor de Arenillas, que a pesar de la fama que le ha reportado el éxito de 'No habrá paz para los malvados' es “tímido hasta la médula”. El realizador bilbaíno participa con un simpático cameo que admite diversas lecturas.

Una película humilde

Desde la modestia, la película suple sus carencias -el presupuesto ronda los 40.000 euros- con buenas intenciones y militancia cinéfila. “El cine 'low cost' e independiente ha existido siempre y nace de la frustración. Es la filosofía que empuñaron en sus comienzos cineastas como Pedro Almodóvar o George A. Romero”, reconoce, posiblemente hastiado de trabajos de encargo que ponen freno a las aspiraciones del principiante. Asumiendo el control absoluto de su proyecto, sabía que el plan de rodaje debía blindarse para no perder un solo minuto durante las cuatro semanas que duró la producción. El dinero, cómo no, lo puso de su propio bolsillo y los préstamos “a fondo perdido” de algunos familiares.

Aunque su autor la define como “un drama de misterio”, lo cierto es que su trama está trufada de elementos fantásticos (el onirismo, su estructura circular, la aparición de un 'doppelgänger' o doble fantasmagórico) y de suspense (giros, final sorpresa aunque previsible). Arenillas menciona también como influencia indirecta el subgénero de terror que protagonizan las casas encantadas, citando a Stanley Kubrick ('El resplandor'), a Steve Miner ('House, una casa alucinante') o, incluso, a Alain Resnais ('El año pasado en Marienbad') como referentes. Siempre jugando con las posibilidades que ofrece un espacio único y cerrado, en este caso, un solitario caserón veraniego con jardín y piscina en el que ya había filmado algunos cortometrajes y un 'sketch' para 'Muchachada nui'.

Al margen de la industria

Tras su paso por el Fantasporto, uno de los certámenes más veteranos de Portugal, el Fant acogía su estreno en España. “Este festival es una plataforma perfecta para presentar una cinta como ésta, que difícilmente podrá acceder a una distribución convencional”, admite con cierta resignación, consciente de que Internet y las salas no comerciales son su destino potencial. “Filmin no te va a amortizar la inversión, pero puede ser una buena carta de presentación para alcanzar cotas más altas”. En cualquier caso, prefiere ser optimista y, aunque en España la explosión indie ha llegado tarde, el día de mañana le gustaría aferrarse a “la filosofía de Steven Soderbergh, que combina superproducciones con películas pequeñas y radicales”.

DL

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