Septimo Vicio - El cine visto desde otros t iempos

Érase una vez en un Cannes ocupado por los paparazzi

Publicado: 24/05/2009

Un circo. Ya me lo avisaron pero no esperaba que superase mis expectativas. Nuestra primera visita al Festival de Cannes ha resultado abrumadora, con largas jornadas que se prolongaban desde primera hora de la mañana con decenas de proyecciones simultáneas, carreras para llegar con tiempo suficiente a alguna de las 32 salas del evento (cuyos aforos oscilan desde los 35 asientos de una sala pequeña del Mercado a los 2400 que tiene el Lumiere) y colas que ponían a prueba la paciencia de cualquiera (las dos horas que esperamos para ver "Inglorious Basterds" hicieron mella).

Cannes es negocio en movimiento pero también glamour y lujo a lo largo de la Croisette, fiestas privadas en yates, despilfarros ostentosos, miles de periodistas a la caza de un buen titular y personalidades engalanadas para la ocasión en pulcros vehículos de gama alta.

Un espectáculo a la medida de la industria, la prensa y el establishment sociocultural y político que para los ciudadanos de la localidad francesa y los turistas que por allí pasean con curiosidad apenas si es un espejismo, pues lo máximo a lo que pueden aspirar es al milagro obrado por un alma caritativa que decida regalarles una preciada invitación para el Gran Teatro Lumiere. De ahí una de las estampas cotidianas del festival que no olvidaré, la de decenas de anónimos suplicando por una entrada, cartelito en mano, en la misma puerta del Palais des Festivals. Otra historia bien distinta es el Marché du Film. Centenares de stands repartidos por los recovecos del Palais, su edificio colindante y el famoso boulevard. Compañías procedentes de todos los puntos del globo ansiando vender sus productos a compradores de distribuidoras, programadores de festivales e instituciones culturales.

Una experiencia única que esperamos repetir en 2010 y que más allá de los focos, la pasarela y los flashes nos ha permitido disfrutar en premiere mundial de algunos de los largometrajes más codiciados del año, descubrir nuevos autores a los que seguir desde hoy la pista y conocer en persona a la gente de la industria y la prensa con la que mantendremos una estrecha relación en un futuro cercano. De los acuerdos cerrados ya dará cuenta la XVIª edición del Festival Internacional de Jóvenes Realizadores de Granada. Y en cuanto a las películas, para todos los gustos, desde sensaciones encontradas hasta decepciones imprevistas. La programación oficial del Festival de Cannes ha deparado sorpresas muy satisfactorias y deserciones inesperadas. A mi juicio, lo mejor que se ha visto a concurso han sido las últimas películas de Jacques Audiard, Lou Ye y un grandísimo Michael Haneke, que bien merece recibir en esta edición la Palma de Oro por la sobrecogedora "The White Ribbon". También he sido uno de los pocos en aplaudir el polémico "Anticristo" de Lars Von Trier, gozar a lo grande de "Vengeance" de Johnnie To y apreciar los incuestionables aciertos de "Thirst" de Park Chan-wook o "Kinatay" de Brillante Mendoza. Del mismo modo "Taking Woodstock" de Ang Lee y "Bright Star" de Jane Campion me resultaron fallidas, por no hablar de una anodina "Ágora" que no gustó a nadie. Ello sin olvidar a Tarantino, que firmando una pieza correcta de múltiples hallazgos no terminó de convencerme.

En la sección Una Cierta Mirada la calidad fue notablemente superior y reconozco mi devoción hacia "Air Doll" de Hirokazu Kore-eda, "Mother" de Bong Joon-ho (su mejor película hasta la fecha), "Police, Adjective" de Corneliu Porumboiu y la colectiva "Tales from the golden age". Sin embargo "Nymph", el último trabajo de Pen-ek Ratanaruang, no cumplió con lo que se esperaba de ella, desaprovechando por completo las posibilidades de su punto de partida. Del resto, sólo pude asistir a una de las extravagantes midnight sessiones del certamen y tuve el infortunio de acudir al pase de "Don't look back", un thriller francés rocambolesco sin pies ni cabeza.

De las secciones paralelas del festival, poca cosa. Si "Polytechnique" (Quincena de los Realizadores) me pareció una de las mejores cintas que he visto en lo que llevamos de 2009, la denostada "Tetro" de Francis Ford Coppola se ganó el aplauso del público menos conformista, más comprometido con el riesgo formal y narrativo de esta obra.

En cuanto al Marché du Film, son tantas las propuestas que pude ver que resulta imposible resumir. En cualquier caso, a lo largo de esta semana, daremos cuenta en Séptimo Vicio de lo más sobresaliente del festival, con las reseñas y las noticias más destacadas de un acontecimiento de titánicas dimensiones. Será, como digo, a lo largo de los próximos días. Atentos pues.

cannes111

Engel en 24/05/2009

Es que Agora, al margen de dónde venga, que es un sitio asqueroso, suena a programa televisivo de debate tedioso.

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