Gijón, mon amour

Publicado: 22/11/2007

Ay, queridos lectores, mucho deberían aprender el resto de eventos cinematográficos de este país del Festival Internacional de Gijón.

Este pensamiento que podría parecer algo apresurado, no lo es ni mucho menos. Me explicaré en pocas palabras: apenas si llevamos aquí unas tres horas y nos sentimos como en casa. Y no es porque estemos encantados de regresar a esta ciudad asturiana después de una visita perdida hace bastantes años. Lo afirmo porque desde nuestra llegada el trato ha sido tan cálido y cercano que uno irremediablemente sólo puede emocionarse. Precisamente era ésta una cuestión que veníamos comentando con nuestro conductor desde el aeropuerto de Asturias.

Qué quieren que les diga señores. Llegar a tu hotel y encontrarse con el "welcome pack" y la acreditación esperándote en la habitación es un lujo y un detalle hacia los periodistas e invitados que es muy de agradecer. Además, este pack de bienvenida no tiene parangón, incluyendo las magníficas ediciones que el festival ha editado con motivo de sus retrospectivas dedicadas a Shinya Tsukamoto o el Nuevo Cine Alemán.

Otros festivales parecen mantener la tónica de atentar contra los profesionales del sector como si no fuesen más que tipos malvados que obstaculizan la marcha de un evento de esta índole. Pues resulta que en Gijón es justo lo contrario. Por todo ello, para los que a diario hacemos Séptimo Vicio es un honor estar hoy aquí. Un honor por la confianza que la organización del festival ha depositado en esta web que en un solo año de vida ronda las 10000 visitas diarias.

El festival está a punto de comenzar y nosotros, como Kevin Spacey en "American Beauty", sólo podemos sentir gratitud.