Septimo Vicio - El cine visto desde otros t iempos

La contracrónica de Sitges 2008

Crónica en clave de Humor de Sitges 2008

Publicado: 15/10/2008

Algo debe tener este pueblo de la costa catalana para haber dado pie al festival de género fantástico y de terror más influyente e importante del globo. Será por el clima, por el buen ambiente o por ese maravilloso público friki y sufrido, en este caso más que ningún otro, maltratado por distribuidoras y por productos que en su mayor parte no están a la altura de su infinita paciencia. Ni en el festival se libran de eso, ya que si bien el género da para tragar grandes dosis de basura, los organizadores de festivales como éste deberían quizá tener un poco más de cuidado a la hora de seleccionar según que material y no confundir el mencionado frikismo con estupidez. Si bien esto es un leve reproche, también hay que romper una lanza a su favor, no ya solo por la dificultad que entraña dicha selección, sino por la pasión que ponen en el empeño.

Cuatro días ha durado mi primera experiencia festivalera. Tengo que decir que a pesar del mal nivel exhibido por la mayoría de las películas que he tenido el gusto o disgusto de visionar, han sido cuatro días que sólo puedo catalogar de extraordinarios, divertidos y entrañables.

Pero vayamos por partes y por días. El primer día del festival fue lo que podríamos denominar cinematográficamente durito. Y no me refiero a la crudeza de las películas, sino a su nula calidad y en algunos casos a su desvergüenza torera. La tarde comenzó con “EXTE: HAIR EXTENSIONS” de Sion Sono, a la que también podríamos titular “El Pelazo Asesino”. Ya llevábamos una temporada sin fantasmas de pelo negro y tez color marfil cuando de repente a alguien se le ocurrió dar un giro que sin duda debió entender como original: ¿Qué os parece si directamente prescindimos del fantasma y nos centramos en lo capilar?. Venganza de ultratumba del pelo de una pobre muchacha utilizada por unos desaprensivos para la venta de órganos en el mercado negro y rescatada en la morgue por un sobreactuado fetichista del pelo. El delirio viene aderezado por una historia paralela de conflictividad familiar para darle más empaque al producto. Resultado: un indigno engendro que en ningún momento logra equilibrar la payasada de su premisa con la supuesta seriedad de su trama familiar. Eso genera un problema fundamental, en su vertiente supuestamente terrorífica sólo provoca risa y vergüenza ajena, en su plano serio aburrimiento y desinterés. Dos apuntes para el recuerdo, la presencia como protagonista de la inolvidable villana de “Kill Bill” Gogo Yubari y un momento digno del mejor “Hellraiser” en el que una de las infelices víctimas aparece colgada del techo por innumerables extensiones de pelo que le estiran la piel. En definitiva, basura sin paliativos.

Aunque lo mejor del día estaba por llegar en uno de los maratones nocturnos. Por lo menos la anterior película, en parte, no se tomaba demasiado en serio asimismo. No se puede decir lo mismo de “100 FEET” de Eric Red y “THE HIDEOUT” de Pupi Avati. Ambas películas enmarcadas en la temática “casa encantada”, aunque en las antípodas en cuanto al tono y estilo entre ellas. De Eric Red podemos decir que vivió tiempos mejores como guionista de uno de los mejores psicokillers de los años 80, “Carretera al Infierno”. Aquí se anima a escribir y dirigir un saldo indigno de haberse visionado en un festival con categoría y que a lo sumo merecería una copia de DVD en el rincón más oscuro del video club de mi barrio. Protagonizada por la otrora prometedora Framke Janssen, nos cuenta la historia de una mujer que llega a su casa para cumplir un arresto domiciliario de un año tras pasar una temporada a la sombra por matar a un marido policía y maltratador, limitando su movilidad a 100 pies por medio de una pulsera electrónica colocada en su tobillo. Claro está que el ente de su marido sigue por esas latitudes y se dedicará a propinarle un maltrato con efectos retroactivos desde el día de su muerte. Esto de pie a un pastiche que se diluye entre golpes de efecto multirepetidos en otras miles de películas de género, con puertas que se cierran, ruidos misteriosos, cámaras subjetivas y transitando lugares comunes sin gracia ni acierto, para desembocar en un final digno de la peor novela rosa con poder redentor del amor incluido. Los pelicos como escarpias se nos pusieron a todos. Para el recuerdo una de las muertes más retorcidas y gratuitas de la historia del cine que provocó el aplauso y la chanza unánime de la sala.

Sin solución de continuidad “THE HIDEOUT” de Pupi Avati, director con una inabarcable gama de películas y guiones a sus espaldas. Poco bueno se puede decir de la que aquí me ocupa. Supuestamente basada en una historia real, se ve completamente lastrada por un guión escaso de ritmo y con una galería de personajes que entran y salen de la pantalla con más desatino que acierto. Con todas sus carencias, su visionado resultó infinitamente más ameno que la anterior debido en gran parte a que supone un apreciable ejercicio de estilo, consiguiendo una tonalidad estilo años 70 que le da una mayor aspereza visual que por momentos consigue otorgar al film una capacidad de escalofrio moderada, aunque insuficiente para resultar finalmente satisfactoria. Para el recuerdo, la cuadrilla de la fila de adelante que innecesariamente procedieron a intoxicar su cuerpo con sustancias psicotrópicas sin darse cuenta que la sesión doble ya era droga bien dura.

El segundo día de festival comenzó con la rueda de prensa matinal de “TRANSIBERIAN”, que si bien no tuvimos oportunidad de ver tampoco despertó críticas excesivamente entusiastas. Eso sí, fue un lujo poder ver al mismísimo Woody Harrelson y a un simpatiquísimo Eduardo Noriega en persona. Por la tarde “ICHI”, suerte de versiónfemenina de “Zatoichi” de Kitano dirigida por Fumikiko Sori. El problema fundamental de esta película es que no hay mucho que decir de ella, ni bueno, ni malo. Resulta una finalmente correctita película plagada de duelos a muerte de gran fugacidad, malos sobreactuados hasta decir basta, influencias del gran Leone y una historia de amor bastante estomagante y cursi que sonrojaría a la mismísima Corín Tellado. Todo alargado a unos finalmente extenuantes 120 minutos. Para el recuerdo, una malo de turbio bronceado que parece el hermano gemelo de Florentino Fernández.

Todavía no era consciente de ello, pero se cernía sobre mi una de las noches de cine más terribles de mi vida, que me llevó por dos veces a abandonar el cine, cosa que hasta esta fecha no había hecho jamás. La cosa empezó con 45 minutos de retraso en un auditorio abarrotado por unas 2000 personas para ver la adaptación del manga “CROWS ZERO” del inclasificable Takashi Miike, tras una entusiasta plática del codirector del festival sobre las virtudes de este genio del cine y su génesis como cineasta. Pues bien, esta absoluta ignominia vino a corroborar lo que hace ya mucho tiempo es un hecho incontrovertible, que Miike era un globo excesivamente hinchado que explotó hace ya mucho tiempo. Este maltratador del espectador vuelve a hacer gala de su absoluta incapacidad para desarrollar una historia coherente con personajes mínimamente bien construidos (muy atrás quedan los tiempos de su obra maestra “Audition”), dedicándose a mover la cámara con bastante poco sentido tras unos estúpidos muchachos que se dedican a ir al colegio únicamente para darse estopa sin parar de cara a obtener el control absoluto de las aulas. Resulta verdaderamente escalofriante que esta película haya sido las más taquillera del cine japonés hasta la llegada del último Miyazaki. Para el recuerdo, mi primera salida del cine en 32 años de existencia.

Pero la noche era larga. Maratón nocturno de asesinos en serie presentada por el director del festival Angel Sala. Empezamos con “REALITY KILLERS” de anónimo, al que el adjetivo desagradable le viene muy corto. Historia de un psicópata con una enorme colección de snuff movies que comparte e intercambia con otros de su ralea. Pues bien, la cosa va de ponernos uno detrás de otro videos de estas criaturitas mientras nos sermonea sobre su visión del mundo y de la maldad, todo ello aderezado con una estética deliberadamente feista. Cuando me refería a no tomar por estúpido al personal era por este tipo de películas. Estamos simple y llanamente ante pura pornografía del gore a mayor gloria de la pura gratuidad. Nada tiene sentido ni contenido, todo resulta desagradable, enfermizo y hueco. La proyección de esta mierda ni siquiera se puede amparar en un supuesto estudio de la violencia como fenómeno que fascina e hipnotiza a las masas. Un respeto por favor. Para el recuerdo, la gente solicitando la entrada de la policía para que secuestrara la cinta tal y como había advertido Angel Sala y pidiendo la cabeza de los productores, que al parecer se encontraban infiltrados entre el público.

A continuación “MUM AND DAD” de Steven Sheil, historia de familia disfuncional que se dedica a secuestrar gente en el aeropuerto de Heathrow y hacerla del clan a base de torturas variadas. A pesar de tener más historia que la anterior, poquita más la verdad, provocó la segunda salida del cine a mitad de su proyección. La verdad es que tanta violencia gratuita y el hecho de confundirla con algo provocativo acaba cansando. Como la cosa no daba mucho de sí y la siguiente era una tortura a tiempo real de hora y media titulada “THE BUTCHER” creo que pocas veces el dicho una retirada a tiempo es una victoria fue más acertado.

El tercer día de festival empezó de manera inmejorable. Intenté colarme sin éxito en el pase para prensa de “SEXYKILLERS” con la finalidad de echar luego un cable al bueno de David con la entrevista al elenco. Tras ser interceptado por dos veces por los servicios de inteligencia de la organización desistí, pero volví para grabar las entrevistas. Fue una gozada y desde aquí mi más efusivo saludo a su director Miguel Martí y sus protagonistas Alejo Sauras, Cesar Camino y la maravillosamente surrealista Macarena Gómez, todos ellos simpatiquísimos y entusiasmadísimos. La mejor de las suertes para su film en taquilla. No puedo decir lo mismo de otro de los actores del reparto de “Santos”, que ni siquiera se dignó a devolver un saludo. Hasta los mitos más inquebrantables caen.

A continuación “THE COTTAGE” de Paul Andrews Williams. Hasta el momento sin ninguna duda la película más entretenida del festival. Pastiche de cine de terror estilo supervivencia y comedia British desenfrenada que levantó sonoras y merecidas carcajadas en la platea. Sin ser nada del otro jueves consiguió hacerse con el público gracias a su absoluta falta de pretensiones y a unas interpretaciones delirantes y divertidísimas de todo el elenco. Lástima que estos productos no tengan mayor distribución que la estantería del DVD y que finalmente su intrascendencia sea entendida como algo negativo. Para el recuerdo, cualquiera de sus momentos mixtos de gore y comicidad.

Y a la tarde llegó una de las sesiones más esperadas del festival. Proyección con todos los honores en el auditorio de “SURVEILLANCE”, la opera prima de Jennifer Lynch, la hija aventajada del más marciano de los directores actuales, David Lynch. A la postre inmerecida vencedora del festival, desde luego era lo mejor visto hasta el momento, lo cual tampoco quiere decir mucho. Thriller simple, seco, contundente y finalmente muy previsible en torno a la investigación de unos crímenes llevada a cabo por dos agentes del FBI que llegan a una comisaría de pueblo. Si bien hace gala de un estilo depurado y en algunos momentos cercano al de su padre, saturando los colores de la pantalla en sus flashbacks y ofreciéndonos algún personaje excéntrico, si por algo sobresale la película es por su simplicidad y falta de pretensiones. Es evidente que para iniciar su andadura no ha querido complicarse la vida en exceso, lo cual denota virtud y ganas de no sermonear en exceso al espectador o intención de querer darle gato por liebre. Lo que se ve es lo que hay, sin interpretaciones de ninguna clase. Su realización resulta medida, sin excesivos alardes pero del todo efectiva, apoyada en unas magníficas interpretaciones de todo el elenco, con mención especial a Juliet Binoche y Bill Pullman, especie de imitación del inigualable agente Palmer, supongo que como guiño homenaje a su papi. Lástima que la historia no de mucho más de sí y que uno se vaya oliendo el pastel para la mitad de la proyección, si no antes. Un premio a la mejor película que le viene grande y que habrá tenido más que ver con condicionantes comerciales, debido a que las últimos films premiados en el festival no han tenido exhibición en salas de nuestro país. Esto sería digno de análisis y toque claro de atención a los distribuidores nacionales, más empeñados en darnos fatsfoood que cualquier otra cosa, pero eso es otra historia. Para el recuerdo, la pareja del FBI protagonista.

Llegamos al cuarto y último día de mi experiencia festivalera. Animo al sufrido lector a continuar si ha aguantado hasta este punto. Por fin llegó la obra maestra de mi breve estancia, “SKY CRAWLERS” de Mamoru Oshii. Difícil clasificar este film. Se podía definir como una historia de retro ciencia ficción, con una estética futurista post segunda guerra mundial. Narra la compleja historia de unos adolescentes inmortales condenados a luchar en una guerra de aviación inacabable subvencionada por dos grandes empresas a modo de espectáculo de masas para el resto de la sociedad, todo ello con la finalidad de salvaguardar la paz en el resto del mundo. Estos pobres muchachos una vez abatidos vuelven a ser regenerados con el mismo aspecto y mandados de nuevo al mismo lugar pero con la implantación de nuevas personalidades y recuerdos. Obra total en cuanto a fondo y forma, con un virtuosismo estético como jamás se había visto en una pantalla (con permiso de Pixar) y acompañada por una banda sonora impresionante obra de Kenji Kawai (justamente premiada en el festival). El film funciona a todos los niveles, como crítica de un estamento militar, político y social que castra a una juventud incapaz de crecer y que se da siempre de bruces contra un enemigo invencible personificado por “el maestro”, único aviador adulto al que en ningún momento se pone rostro; como drama existencial y cruel de unos muchachos conscientes de una inmortalidad sufriente; como historia de amor trágico; como absoluta poesía visual. Es probable que tenga dificultades para encontrar un público masivo, debido no solo a su profundidad y complejidad, sino también a un ritmo lento y pausado que puede sacar de sus casillas a más de un espectador impaciente. Para el recuerdo, absolutamente todo, pero sobretodo el poso que la película deja y que uno no percibe del todo hasta días después de su proyección.

Estaba prácticamente convencido de que algo tan bueno no podía ser verdad. Efectivamente “SANTOS” de Nicolás López me bajo de la nube. Absoluto engendro y despropósito que desaprovecha un magnífico casting, nos cuenta la historia.....que coño, si ni siquiera tiene historia. Digamos que es una de super heroes casposilla, consciente de tal casposidad, con un guión demencial y que se pasa de lista pensando que es más graciosilla de lo que verdaderamente es. Todo en la película resulta gratuito, sinsentido, sin gracia y finalmente irritante. Para el recuerdo, los anuncios previos de Teaserland, trailer de películas falsos realizados por diversos directores patrios consagrados. Mención especial al de Juan Antonio Bayona, director del orfanato, pegando una clara tirada a “La Soledad” (que dicho sea de paso resulta absolutamente insoportable).

Y ya por la noche como colofón, el documental “NOT QUITE HOLLYWOOD: THE WILD, UNTOLD STORY OF OZPLOITATION” de Mark Hartley, repaso de cine Exploitation Australiano. Documental rabiosamente divertido y basado en una constante hemorragia de imágenes repletas de sexo, humor grueso, terror casposo, persecuciones de coche demenciales y mucho frikismo, todo ello intercalado con narraciones de muchos de sus protagonistas y sobre todo de uno de sus mayores admiradores, el señor Quentin Tarantino. El producto es plenamente disfrutable aunque a veces difícil de seguir, ya que los comentarios son constantes y las imágenes más todavía, lo cual complicaba leer los subtítulos y seguirlo todo con detalle. Para el recuerdo, la rabiosa vitalidad de Tarantino en su defensa de este tipo de cine, tan denostado como admirado por el gran público.

Si han llegado hasta este punto espero que les haya merecido la pena. En caso contrario, mis más sinceras disculpas. Han sido cuatro días sinceramente estupendos a pesar de la mucha basura que he tenido que tragar, aunque reconozco que lo he hecho con mucho placer culpable. Espero volver algún día. Para el recuerdo, dos amigos.

Carlos Polite, criticón y abogado en sus ratos libres

Gorsán en 23/10/2008

Interesante crónica Sarly, pero me falta una peli que sé que viste si no en Sitges, a pocos kilómetros. Sí hombre sí, una con tres protagonistas y tres secundarios...
Vengaaa
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