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"El cine de Hayao Miyazaki (3): Nausicaa del Valle del Viento: La Fuerza de la Naturaleza"
Publicado: 10/07/2007
Miyazaki se independiza de los estudios Toei buscando financiación para un próximo proyecto, en paralelo a su edición manga, titulado Nausicaä (Kaze no tani no Naushika), 1984. La animación mundial está a punto de iniciar un cambio evolutivo de la mano de un cineasta que ha desarrollado buena parte de su carrera para la televisión. De repente somos testigos de las claves que decidirán dicha revolución:
"Aquel, que está vistiendo un traje azul, podrá descender sobre
un campo dorado..."
Nausicaä, la Princesa del Valle del Viento, conoce las corrientes de aire y ha aprendido a comunicarse con los animales: se desplaza por el cielo con un aerodeslizador, también llamado Mehve. Con él viaja al bosque contaminado y estudia la relación que une a todos sus habitantes: insectos gigantes, árboles milenarios, esporas venenosas... La define un carácter observador que financia con su indudable ansiedad de conocimiento. Y es que lo que investiga, no tardaremos en verlo, es cualquier cosa menos un asunto baladí.
Es lo primero que llama la atención de esta Princesa, amada por un pueblo al cual se acerca de igual a igual. Para salvar a varios de sus convecinos, Nausicaä se quita la máscara que la protege de la contaminación arriesgando su vida y futuro, únicamente para alentar la supervivencia del colectivo e inspirarle confianza. Les dice: “Vais a salvaros”. Y les sonríe. Y ellos, viendo la sonrisa de su Princesa, hacen lo que deben para salvarse. El respeto que Nausicaä profesa hacia todos los que la rodean —incluso aquellos que pudieran considerarse sus enemigos— es lo segundo que llama la atención de esta adolescente que, a escondidas, estudia su mundo para salvarlo. Ese mismo respeto se extiende hacia el medio ambiente y todo lo que éste representa. Miyazaki propugna a través de Nausicaä (no dejará de hacerlo en el resto de su filmografía) la preservación del equilibrio ecológico como un modo de garantizar la pervivencia de todos, ya seas hombre, Ohmu o Dios del fuego. El futuro de la humanidad obtiene su energía de la adolescencia que se revela, de este modo, como unívoco motor del cambio al mismo tiempo que los adultos promueven guerras y batallas, desprecian el diálogo y plantean soluciones drásticas como único modo plausible de evitar su desaparición. Nausicaä (y también Asbel y Lastelle, los príncipes de Pejite que buscan el mismo propósito en uno de los reinos vecinos) es consciente de esta contradicción y ejercita acciones para cambiar el Estado de las Cosas. Sus propósitos se declaran, esencialmente, humanistas. Por eso ignora las jerarquías difuminándolas en busca de un bien común.
Cuando ni la lucha ni la resistencia son posibles, aún le queda a Miyazaki la referencia crística al sacrificio. Alusiones mesiánicas que el propio cineasta japonés niega, al tiempo que justifica el abrupto final de esta cinta por tratarse de una adaptación incompleta de dos de los siete tomos que componen su manga. Ambas alusiones son inciertas: la película recrea paisajes místicos (también relacionados con Juana de Arco) aunque lo haga de un modo inconsciente y finaliza en la cúspide de un clímax emocionante y notable, en una de las mejores conclusiones de la filmografía de su autor, que por primera vez cuenta también con la talentosa aportación de (nuestro) su músico favorito: Joe Hisaishi.
Se aprecian varias fuentes externas en el argumento de este Nausicaä del Valle del Viento: la más importante es explícita y hace referencia al universo que Frank Herbert recrea en Dune. La segunda es sucinta, y atañe a un solo personaje: Yupa, un trasunto del Gandalf de El Señor de los Anillos, un viajero incansable otrora habitante del valle del viento, un espadachín misterioso y asceta, que secunda las decisiones de la Princesa mientras busca en el cielo (literalmente) una respuesta que ponga fin a mil años de desolación.
Nausicaä toma su nombre de un personaje de la Odisea, y su origen, en una leyenda japonesa que versa sobre una joven que amaba a los insectos. La suma de ambos personajes, construyen a una adolescente inquieta y desprendida, intrépida y decidida, incapaz de descuidar un destino que debe guiarla a la salvación de un planeta devastado y yermo. Sin embargo, Miyazaki no pretende mitificar a su heroína sino humanizarla: su destino a ratos la sobrepasa. Su identidad la definen tres momentos de tensión: tarda en llorar la muerte de su padre y cuando lo hace, lo hace en los hombros de Yupa, su mentor, arrepentida de su respuesta violenta contra aquellos que posibilitaron el asesinato de su progenitor, y en un contexto donde su lucha se presume estéril. También llora al comunicar la muerte de la Princesa Lastelle a la madre de ésta, asumiendo empáticamente el sentimiento de pérdida. Y aun lo hace por una tercera vez cuando descubre la valía de sus descubrimientos en el subsuelo. Asbel la pregunta: “¿Lloras?”. Y ella responde. “Sí... Soy feliz”. Nausicaä interpreta la felicidad a modo de liberación: la respuesta que siempre anheló se encuentra allí donde su tesón buscaba. De repente, aun consciente de que el proceso de degradación ecológica puede revertirse, se sabe debilitada por la esperanza.
Nausicaä del valle del viento, es una cinta de animación portentosa, madura, humanista, construida con texturas y bocetos falsamente juveniles, sostenida por el ritmo imparable y la imaginación desbordada, y por la música, siempre brillante, de Joe Hisaishi, que hace de algunas de las mejores secuencias de la película, una experiencia, sencillamente, sobrenatural. Argumentalmente, promueve el equilibrio ecológico desde postulados francos; cuestiona la diferencia entre clases y el poder marcial; sienta, en definitiva, las bases de la cinematografía de Miyazaki desarrollando una suerte de personajes complejos y ambivalentes, subsumidos en un entorno subyugante mientras disecciona el turbio mundo de los mayores a través de la mirada cristalina de los más pequeños... Concepción que alcanza su cenit durante el descenso de Nausicaä en la parte final de esta historia, cuando su abuela ciega demanda presenciar, a través de los ojos de las tres niñas, todo y cuanto sucede ante ella; y se emociona, como no podía ser de otro modo, únicamente escuchando las palabras de aquellas que pudiendo ver... ven lo que ella siempre soñó poder ver.
Miyazaki no da explicaciones, dejando que sean las imágenes las que hablen (por ejemplo, tiñendo con sangre azul el vestido rojo de la protagonista) y no juzga, como tampoco lo hacen sus personajes: ni siquiera ante arquetipos esencialmente detestables, como ese Consejero de Torumekia llamado Kurotawa. Alrededor de los personajes dibuja árboles que reciclan los deshechos de la humanidad, insectos gigantes con ojos siniestros y memoria de elefante, nubes densas que albergan en su regazo tormentas de vapor, moho contaminante que emponzoña la tierra y el futuro, zorros-ardilla que chupan la sangre de las Princesas al tiempo que se ganan su amistad..., y máquinas voladoras extravagantes, de todo tipo y condición: de guerra, de transporte, de ocio...
Y es que Nausicaä va a representar el Cine de Miyazaki incluso antes de que comience a serlo. Si alguien quiere más tendrá que ver su siguiente película...
Lo más destacado: El equilibrio perfecto entre la lírica y la épica.
Lo menos destacado: Que durante muchos años haya sido ninguneada al albor de esa denigrante (a)versión titulada: “Los Guerreros del Viento”.
J.P. Bango - El Cronicón Cinéfilo
Perdon pero desde cuando miyazaki es de culto?
en japon lo ve hasta el perro y es casi una superestrella.
Álvaro en 14/07/2007
Magnífica descripción sobre una de las películas clave en la filmografía del gran Hayao Miyazaki (¿y cuál no lo es?). Felicidades y gracias por aportar vuestro cubo de arena por el reconocimiento en España del genial cine de este auténtico genio.
Jesús Lens en 10/07/2007
Amigos, espero que os haya gustado el reportaje de IDEAL. Lo he puesto también en mi Blog, con enlace. Un abrazo.
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EL PErru en 03/01/2008
¿Para cuando una version decente doblada al castellano?
Podíamos decir que una de las mejores películas si no la mejor de Miyazaki. En la era del Live Action que vivimos no sería de extrañar que se hiciera una adaptación eso si habrá que esperar a que Goro Miyazaki (Por favor no vean "Gendo no seki" si no quieren tener una opinión equibocada de la Ghibli) malvenda los derechos a Dreamworks y la dirija Michael Bay