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Pagafantas

Que majo eres, eres el hermano que nunca he tenido, mi mejor amigo, el que mejor me escucha y me entiende, mi confidente. Terribles palabras estas para un hombre cuando provienen de la persona amada. Asistir a la frustración de conocer las pasiones, grandezas y miserias de la persona a la que le asfaltarías de adoquines rosas la vida entera, siendo horriblemente consciente de no tener con ella jamás el más mínimo contacto físico. Y este es el punto de partida de la opera prima de borja Cobeaga, quien le ha puesto nombre al hombre que se haya en dicha situación, que no es otro que pagafantas.

Publicado: 29/07/2009

Detrás de esta más que agradable e inteligente comedia se encuentra una de las mentes pensantes de uno de los mejores programas de la televisión de los últimos años, Vaya Semanita, emitido por la ETB2. Programa que supo hacer de lo autóctono, en este caso lo vasco, algo universal por medio de una sano saber reírse de si mismo y autoparodia por un tubo. Algo parecido a lo que han hecho los genios de La Hora Chanante y Muchachada Nui, salvando las distancias. No por casualidad aparecen dos de sus integrantes en esta película como secundarios de lujazo.

La figura de el Paagafantas nos genera compasión, vergüenza ajena y rechazo por partes iguales. Se convierte ante nuestros ojos en un ser patético y nos incomoda. Y esto lo hace sencillamente porque en algún pasaje, en algún momento, nos vemos reflejados en él. Cualquiera de las situaciones explicadas a modo de documental de La 2 nos puede haber pasado a más de uno, la cobra, el lémur, el abrazo del koala y muchas otras, son situaciones demasiado cotidianas a las que no se nos había ocurrido poner nombre pero que resultan extrañamente cercanas. A cada una de ellas se enfrenta este dicharachero personaje al que Gorka Otxoa insufla realidad por los cuatro costados, dotándolo de una eficaz comicidad y del necesario patetismo que llega a su total desmelene en un tercio final en el que se cargan en exceso la tintas sobre el mismo. Quizá su único pero, ya que por momentos le pierdes el respeto al personaje por su absoluta falta de amor propio. El hecho cierto de su intrascendencia en ningún caso debería ser identificado como algo negativo.

Por el camino nos reímos y mucho. La historia está contada con agilidad, manejando el tiempo de cada gag y cada chiste para no apabullar, para que uno no tape al otro y lo mejor de todo es que la mayoría de ellos son realmente efectivos, asimilando a la perfección la temática clásica de la reciente comedia yanqui de adolescentes cachondos y haciéndola mucho más cercana, más de andar por casa, más nuestra. Puede que sea precipitado, pero no descabellado, hablar incluso de una nueva comedia patria, con un estilo propio como en su día pudo acuñar otra opera prima que atiende al título de tal y que estaba dirigida por Fernando Trueba. Es posible que por ahí vayan los tiros, sino de que otra manera entenderíamos la recuperación del protagonista de aquella, genial Oscar Ladoire, como secundario de la presente y acreedor de algunos de los mejores momentos de la película como pepito grillo particular del protagonista en su affaire con la desarmante Sabrina Garciarena. Porque si necesario es el acierto de cast del protagonista, igualmente necesario es que nos creamos que pueda perder los papeles por la chica de turno. Y nos lo creemos, hasta cierto punto, pero nos lo creemos, ya que cada sonrisa de Sabrina es una declaración de principios sobre la absoluta belleza.

Es una pena que la propuesta a pesar de haber calado y haberse fabricado un hueco en el imaginario colectivo, al menor por sus acertadas expresiones acerca del comportamiento de un pagafantas, no haya tenido la misma repercusión que alguno de los últimos taquillazos patrios de turno, que si bien siempre se agradecen, no tenían ni la milésima parte de la gracia ni el talento que destila esta magnifica comedia.

Carlos Polite

Aguafresca en 02/11/2009

Aupa Gorka!
Gorka, solo una cosa. Allí por donde pasas dejas huella.
Solo espero que controles y que consigas dirigir correctamente tu éxito para que podamos en un futuro disfrutar de la madured tu arte.

Emilio

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