La Sombra del Poder CrÃtica de la Sombra del Poder de Kevin MacDonald
Publicado : 20/04/2009
Los tÃtulos de crédito a ritmo de la Creedence Clearwater Revival que cierran esta magnÃfica pelÃcula que aquà me ocupa son un hermoso homenaje a una forma de hacer y concebir el periodismo que por desgracia está en vÃas de extinción. Pasa con todo, el formato papel acabará sucumbiendo bajo el implacable avance de las tecnologÃas digitales, finiquitando de esta manera las grandes portadas que un dÃa antes fueron pasto de ediciones online. Pérdida clara de encanto, a la par que gigantesco avance en poner al servicio del consumidor cuanto antes la vital información.
Estos tÃtulos de crédito son el lógico epÃlogo de una pelÃcula que de la misma forma rinde un sentido homenaje a las clásicas intrigas periodÃsticas que tuvieron como cenit allá por el año 1976 la impresionante Todos los Hombres del Presidente de Allan J. Pakulla. La relación cine periodismo siempre ha resultado de los más prolÃfica y variada en todo tipo de tonos y géneros, aunque resulta evidente que ha servido mayoritariamente para poner en solfa las anomalÃas e injusticias del sistema. La Sombra del Poder no es una excepción. Están en su punto de mira las compañÃas privadas de seguridad que han convertido la guerra en un fructÃfero negocio de millones de dólares manchados de rojo hemoglobina, a través de las contratas de mercenarios para hacer y llegar allà donde el ejército legalmente no puede. Es decir, los asesinos al servicio del poder . Nada nuevo bajo el horizonte, pero desde luego no por ello menos denunciable.
La Sombra del Poder se presenta a ratos brillante y siempre contundente y convincente. Tras la cámara nos encontramos a Kevin MacDonald, dado a conocer mÃnimamente con la excelente Touching de Void y más masivamente por la más blandita El Ultimo Rey de Escocia . La verdad es que muy mal lo tenÃa que hacer para estropear un guión tan bien hilado como éste, reducción de una miniserie de la BBC de gran éxito crÃtico dirigida por David Yates allá por el 2003. Tras el libreto dos antiguos conocidos, Tony Gilroy, mejor siempre en su faceta de guionista que de realizador tal y como atestigua la vulgar Duplicity , pero sobretodo, Peter Morgan, autor del que era sin duda el mejor guión del año Frost y Nixon (vaya, me pongo a pensar en Slumdog Millonaire y me entra cagalera). Haciendo gala de su talento como escritores o en este caso adaptadores, condensan los seis capÃtulos de la serie original en dos horas de potente cine de investigación periodÃstica y complots polÃtico-palaciegos. Para dar credibilidad a todo esto no hace falta nada más que una buena trama llena de callejones y giros coherentes, lógicos y bien terminados, una reducción de los efectismos al mÃnimo (lo que no significa que la pelÃcula no mantenga un equilibrado suspense en la mayor parte de su metraje) y unos personajes bien perfilados. Todas esas virtudes las encontramos en la historia. No hacÃan falta alardes de ningún tipo para ponerla en imágenes y asà lo ha entendido su director, quien haciendo gala de una más que evidente elegancia, asà como una excelente dirección de actores redondea un trabajo que si bien no le hará acreedor de una matrÃcula de honor cum laude si le cataloga como director solvente y con criterio.
Como comentaba, La Sombra del Poder brilla especialmente en la dirección de sus actores. Todos sin excepción alguna están excelentes y el casting es de lo más espectacular, encontrándonos a gente como Hellen Miren, Robon Writh Peen o el superlativo Jasón Bateman entre otros. A estas alturas de mili hablar de las excelencias de Rusell Crowe resulta reiterativo. Su capacidad para adaptarse como un camaleón a cualquier papel es asombrosa, tanto a nivel fÃsico como a nivel emocional, la verdad es que cuesta reconocer a quien una vez fue Máximo Meridio en el papel de este reportero chapado a la antigua, antihéroe por antonomasia que armado con su boli, su libreta y su labia abre las puertas de las cloacas, desenmascara a los chungos y se va, con la satisfacción del trabajo bien hecho y la conciencia limpia del hombre honesto, a recogerse a su destartalada casa, extensión de su caótico cubil laboral. Resulta un tanto chocante resaltar la excelencia de todo el casting cuando me refiero a un plantel en el que nos encontramos con Ben Affleck , sin ninguna duda la sorpresa de la función y plenamente convincente en la expresión de sus emociones. Esta claro que entrar en una clÃnica de desintoxicación, tener dos retoños con el cañón de su mujer y dirigir la muy notable Adiós, Pequeña, Adiós le ha dado un criterio cinematográfico que creo que hasta el mismo desconocÃa que poseÃa. Una grata sorpresa y una razón de peso para ir cambiando, con cuidado y cierto retintÃn (hay tenemos la temible Daredevil entre otras joyitas), el criterio mayoritariamente negativo que se tiene de él.
Cine muy bien hecho y con magnificas hechuras que no cambiara la vida de nadie pero que dará como bien empleadas las dos horas invertidas, amenizando la charla posterior al visionado. Animarse, dudo que lo lamenten y en caso contrario, despotriquen, que es sano y liberador.
Carlos Polite
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april en 13/04/2012
excelente pelicula, maravilloso Rusell crowe