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"Hancock"

Érase una vez una estrella que pasó del tubo catódico a lo más alto del firmamento cinematográfico, convirtiendo en oro todo aquello que tocaba independientemente de su resultado artístico. Su nombre, Will Smith, su techo ni se sabe.

Publicado: 24/07/2008

Resulta evidente que este actor es de una inteligencia poco habitual. Me explico, como rey indiscutible del cine comercial recuerda al Schwarzenegger de los buenos tiempos a la hora de elegir tanto sus proyectos como los directores con los que trabaja, en esta ocasión Peter Berg, un joven realizador y actor esporádico que ha dado muestras de su potente pulso narrativo a la hora de la acción física en películas como «La Sombra del Reino», «El Tesoro del Amazonas» y la aquí desconocida «Friday Nigths Lights», así como de su mala baba con su opera prima «Very Bad Things». A ello tenemos que añadir el hecho de que no resulta nada polémico, no se pone a saltar y sobreactuar sobre un sofá como un crío, es de una profesionalidad intachable y al parecer muy accesible para prensa y público. Todo ello unido a su indudable carisma hacen de él no una estrella, sino la superestrella del momento y hasta la fecha, de la década.

¿A qué viene todo esto?, pues a que su nueva propuesta empieza y termina con él. Ojo, esto no quiere decir que su capacidad interpretativa este a la altura de su carisma. No lo está, pero ni falta que le hace. Aquí lo que tenemos son las peripecias de un superhéroe tan indestructible como borrachín que causa estragos cada vez que decide intervenir para realizar cualquier tipo de salvamento. El público lo detesta hasta que salva la vida a un relaciones públicas que dará un giro inesperado a su inmortal existencia con la ayuda de su mujer, una despampanante Chalize Theron.

Punto de partida no exento de inteligencia y mala uva que en sus mejores momentos sirve para retorcer livianamente el imaginario del clásico superhéroe, transitando lugares comunes de todas estas películas con cierta originalidad. En este sentido sus primeras actuaciones resultan memorables, así como el detalle de su alcoholismo y mala leche que no deja de ser una medida normal para hacer más llevadero el destino de un héroe, a saber, su necesaria a la par que normalmente insoportable soledad. Todo esto se apoya en unos efectos especiales espectaculares y en su protagonista, que desde el primer plano apareciendo con una superresaca descomunal sabe darle a su personaje ese aura de sinvergüenza que finalmente se hace entrañable. Todo esto remozado con unos apuntes cómicos que en su mayoría funcionan de forma muy efectiva e incluso a veces de sombrerazo (resulta impagable la secuencia de la cocina tras el giro argumental que no pienso desvelar).

Resulta una absoluta lástima que la cosa no de para más y que el resultado final sea excesivamente ligero, anodino y de formulario. De hecho, el guión original, hasta caer en manos de Smith, debía ser mucho más oscuro y violento, explorando con profundidad el reverso tenebroso del héroe. También se hecha de menos un villano de altura, que aquí se limita a mero comparsa parlanchín, dando lugar a un climax que no está a la altura del resto de la película por lo menos en cuanto a espectacularidad. Pero aquí manda la industria y su estrella, con lo que el producto que finalmente se pone delante de nuestros ojos es apto para consumo familiar a pesar de atisbarse en momentos puntuales la película que podía haber sido y ya nunca será. Si eso es malo o no depende de ustedes.

Por Carlos Polite

NURIA en 22/08/2008

MUY BUENA MUY DIVERTIDA Y MUY INTERESANTE ME HA GUSTADO MUCHO ENORABUENA!!!!

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