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Bélgica DVD: "La Promesa"

El cine de los belgas Luc y Jean-pierre Dardenne está fundamentado en una representación aparentemente inmediata de la realidad, o mejor dicho de aquellas crudas realidades seleccionadas por los hermanos Dardenne para el argumento de sus películas. La confrontación indisoluble entre la supuesta veracidad de lo narrado y el artificio, que se impone dada la propia naturaleza del medio cinematográfico, es manifiesta tanto en las películas de los Dardenne como en la de todos aquellos autores que apoyan sus ficciones en la cotidianeidad.

Publicado: 30/01/2008

En "La promesa", película que dio a conocer a sus autores en el circuito de los festivales cinematográficos, ya está presente esa inmediatez que se convertirá en marca autoral. Esa sensación de proximidad y urgencia visual que desprenden las imágenes de la película se consigue, sin embargo, mediante trucos propios del cine: la constante utilización de la cámara en mano, el granulado de la fotografía en 16 mm hinchada a 35mm, la ausencia de banda sonora musical, la utilización de escenarios naturales.

Así la cámara se nos revela como un testigo omnipresente pero a la vez distanciado de los acontecimientos. En determinadas ocasiones la cámara permanece fuera de la estancia en la que se desarrolla la acción y siempre se sitúa detrás de los personajes, siguiendo sus pasos como si de un documental o un reportaje televisivo se tratase (de hecho durante los primeros años de su carrera se dedicaron exclusivamente al documental). Su presencia furtiva no es más que una técnica para introducir al espectador en el ambiente sórdido de la inmigración ilegal y de aquellos que se aprovechan de ella, haciéndole así participe de la acción pero manteniendo una distancia que favorece una visión ontológica de la realidad. Verbigracia: cuando Igor y su padre se están limpiando tras haber enterrado al inmigrante ilegal que ha muerto accidentalmente mientras trabajaba para ellos, cuando padre e hijo recorren los pasillos de la desvencijada casa cobrando las cuotas a sus atribulados inquilinos.

Como hemos visto los Dardenne llegan al realismo mediante el artificio. El feísmo compositivo, sin duda voluntario y muy adecuado para su historia, de las imágenes de los Dardenne en "La promesa", que posteriormente desarrollarán en obras como "Rosetta", "El hijo" y "El niño", es un nuevo eslabón artificial necesario para retratar las miserias de unos personajes olvidados por la sociedad de su tiempo y convertidos en disidentes forzados del Sistema. En este sentido, el universo de los filmes de los Dardenne tiene mucho que ver en lo temático con las representaciones naturalistas de directores ingleses de temática social como Ken Loach y Mike Leigh, aunque a diferencia de estos los Dardenne se abstienen de juzgar a sus personajes limitándose a mostrárnoslos tal y como son (o tal y como ellos creen que son). También, cómo no, hay un poso del neorrealismo italiano, presente en la predilección argumental por la crónica de dramas cotidianos, aunque es mucho más latente la herencia estilística y temática de la nouvelle vague, especialmente de los "400 golpes" (1959).

"La promesa" como el film de Truffaut es una historia sobre la infancia perdida. La adolescencia es el tema central de la filmografía de los hermanos belgas. "La promesa", como todas las películas de los Dardenne, es un film catártico en el que Igor (Jéremie Renier, el Jean-Pierre Léaud de los Dardenne) emprende un proceso de redención y purificación que será abruptamente interrumpido por el final de la película que se impondrá entre el espectador y la historia. No hay esperanza para los personajes de los Dardenne. El final de "La promesa" no es un final abierto, como tampoco lo es el de "El niño".

José Ramón García Chillerón

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