Septimo Vicio - El cine visto desde otros t iempos

"Expiación" por Carlos Polite

Publicado: 28/01/2008

La culpa y el arrepentimiento es algo que corroe las entrañas de cualquiera. Te mina, te hace más pequeño y no te deja mirar a los ojos de aquel que tienes delante. Las consecuencias de nuestros actos son aquellas con las que cargamos el resto de nuestra vida ya sea para bien o para mal y son estas últimas las que suponen una pesada carga para nuestras conciencias y las que no desaparecen por mucho que intentemos ponernos en paz con nuestros demonios interiores. Eso lo tiene claro el personaje de una adolescente Briony mientras intenta espantar esos demonios limpiándose frenéticamente y de manera compulsiva sus manos en el hospital donde trabaja de enfermera como acto de penitencia por su pecado. Años antes una secuencia mal entendida y peor asimilada por una niña de once años dará lugar a una sucesión de actos desafortunados que truncarán una historia de amor.

Drama en todo el sentido literal de la palabra. Elegantemente realizado en tres actos plenamente diferenciados, luminoso el primero, opaco y oscuro el segundo y árido el tercero. Resulta difícil no dejarse arrastrar por la absoluta belleza de la película en cada una de sus imágenes, todo está milimétricamente calculado para ello, desde el deslumbrante trabajo de fotografía hasta la fantástica banda sonora que adorna aún más si cabe las imágenes. Todo resulta exageradamente bonito. Incluso la parte que se desarrolla en el frente de la Segunda Guerra Mundial resulta tétricamente hermosa (resulta ejemplar a la par que inútil para el devenir de la película el portentoso plano secuencia en las playas de Dunqerque, sencilla y llanamente alucinante). Pero no es en esos momento cuando brilla la película, es precisamente cuando se despoja de todo el artificio cuando se eleva y mucho, secuencias como la del baño en la fuente que da lugar al malentendido, el fugaz encuentro sexual de la pareja en la biblioteca de la mansión, sus manos agarradas bajo la mesa, el terrible cara a cara final entre los personajes principales y los cinco impagables minutos finales de la gran Vanesa Redgrave. Es ahí donde se juegan las mejores bazas de la película, donde adquiere todo su significado y toda su tensión dramática, donde se empatiza con los personajes. Simple desnudez dramática, sin adulterantes ni pomposidades de ninguna clase. A ello ayuda un casting que a pesar de resultar muy ajustado a veces resulta un tanto frío y distante, quizá contagiado por la mencionada aparatosidad de la que hace gala toda la película. Pero en líneas generales brilla a gran altura.

Que nadie piense que se va a encontrar con algo parecido a lo que fue la anterior participación entre el tándem director-actriz protagonista. Este material resulta mucho más áspero que «Orgullo y Prejuicio», que por mucho que se vistiera de época no dejaba de ser una, extraordinaria eso sí, comedia romántica. Aquí no hay lugar para la sonrisa cómplice. No puedo decir que estemos ante uno de esos dramas que hacen época, ya que resulta un tanto frustrante que la película en muchas ocasiones sólo se recree en su propio narcisisimo y en su impecable factura formal. Quizá si se hubiera desnudado más a sus protagonistas, quizá si se hubiera dado más importancia al fondo que a la mera virgería estética, quizá en ese caso, en ese punto intermedio hubiera adquirido un equilibrio perfecto que a veces logra y otras sólo se intuye. Cine de calidad desde luego, intachable, impecable, pero a ratos demasiado distante como para llegar donde han de llegar estas cosas.

Carlos Polite

crazy usher en 06/02/2008

Para mi la película va perdiendo interés según avanza,después del momento algido que desencadena todo la historia posterior, la peli pierde fuerza por precipitada y por resultar en determinados momentos poco creible. Lástima , porque el inicio está lleno de ritmo y belleza.

J.P.Bango en 29/01/2008

Yo destacaría la banda sonora del gran Dario Marianelli. Es extraordinaria (otra vez).

Juan Brionez en 28/01/2008

Señor Polite, vuestro comentario también lo dividiría en tres actos plenamente diferenciados, uno excelente , uno muy personal y otro ingenuamente ridículo.
Es simplemente mi crítica a su comentario.
Saludos desde Maracaibo

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