La sombra de Kurosawa es muy alargada y se deja ver en la sinopsis de este descafeinado punto de mira. Película contada en seis actos que muestran el intento de asesinato del presidente de los EEUU visto desde el punto de vista de varios personajes diferentes. Aquí se termina cualquier tipo de comparación con el «Rashomon» del gran Kurosawa y empieza una titánica y estéril labor de montaje para dar vida a este experimento rodado en un México que simula ser España y en concreto, Salamanca.
Varias cosas son de agradecer a la película. Un plantelazo de actores como Dennis Quaid, Forest Whitaker, William Hurt, Sigurney Weaver, Mathew Fox o Eduardo Noriega. Siempre da gusto ver a estrellas paseando palmito a lo largo y ancho del metraje de una película. Es concisa, no se alarga demasiado entre otras cosas porque no lo requiere y porque la cosa no da mucho más de sí. Resulta rápida, casi tanto que apenas de tiempo de conectar el sentido crítico.En el punto de miraEn el punto de mira
Todo ello no resulta suficiente para que uno no sé de cuenta de que la cosa no ha salido todo lo bien que sus creadores esperaban. Hay películas de director, las hay de actor y las hay de guión. Pues bien, no es ninguna de las tres cosas a pesar de su plantel estelar. Ésta lo es de montaje. Si algo hay que reconocerle es que la labor de montaje resulta francamente extraordinaria y precisa y que el hecho de que al final todo tenga cierto empaque y sentido se debe a la labor de su montador, en ningún caso del guionista o su director. Esto era de esperar, ya que nos encontramos con una película que transcurre a lo largo de 23 minutos vistos desde diferentes ángulos, por lo tanto el desarrollo de personajes resulta nulo, de ahí que sea mejor poner una cara conocida para no hacer nada con el personaje. Así mismo, la resolución resulta atropellada y de escaso sentido y credibilidad (aunque estás películas nunca han tenido excesiva credibilidad).
Por el camino nos quedan unas cuantas secuencias de acción, caras conocidas a pesar de que en algunas ocasiones resulten muy molestas (el personaje de Forest Whitaker) y una extraña sensación de que el conjunto hace aguas por muchos boquetes. Si no son ustedes exigentes y no le piden al domingo grandes expectativas, quizá se lo pasen bien. Absténganse el resto.