Millenium

Cuantas veces nos hemos preguntado a la salida de un cine, tras ver una película insatisfactoria, que hubiera podido hacer un director con más talento con un material así. Esta es una de esas veces en las que sucede todo lo contrario, ya que en ningún caso se me ocurre otro director que hubiera podido extraer más de un material de estas características. En este caso, los productores, con un ojo exquisito, han elegido al director adecuado para dar forma a una historia como la que se nos narra en Millenium, nada menos que al señor David Fincher, quien agradeciendo el caramelo de dar forma a una de los más populares best sellers de los últimos tiempos, se ha sacado de la chistera, y ya van una cuantas, otra más de sus habituales obras maestras.

Publicado: 18/01/2012

Si bien como ya comentaba, ha sido un acierto su elección, también ha sido del todo punto lógica, ya que este film no deja de ser, en muchos aspectos, una prolongación de sus dos thrillers más puros, «Seven» y «Zodiac», dos catedrales del género que vienen a formar junto a «Millenium» un tríptico perfecto en el que fondo y forma se dan la mano en un viaje a los infiernos de la psicopatía.

Fincher hace suyo el material desde unos títulos de crédito fascinantes que ya son toda una declaración de intenciones. A ritmo de «Inmigrant song» de Lez Zeppellin, adaptados por Trent Reznor y Atticus Ross y ya desde los primeros planos deja bien claro que por mucho que estemos ante una obra muy reconocible por el espectador que haya podido leer la novela o ver el anterior (tele)filme sueco, esta es una película 100% Fincher, impregnada a todos los niveles por su sentido de la estética y del ritmo. Uno no puede por menos que quedar completamente alucinado por el dominio de la imagen del director. Desde Kubrick, nadie ha sido capaz de pintar con mano maestra los ambientes como él, desde la impresionante fotografía de interiores que varía en función de cada uno de los personajes, pasando por la saturación de la imagen que baña cada uno de los increíbles y medidos flash backs y llegando a la magistral secuencia de la persecución final (Todo esto ya quedaba patente en la extraordinaria «Red Social», pero en «Millenium» llega a la más absoluta perfección).

El control sobre la historia a nivel técnico resulta impecable en todos sus aspectos sin dejar que el estilo tan propio del director fagotice en ningún momento su contenido ni sus personajes. El casting se revela acertadísimo y la química entre el dueto protagonista absoluta, siendo en este aspecto la dirección de actores modélica. Raro es que un director además de tener un estilo tan reconocible como el de Fincher, además reúna la cualidad de sacar lo mejor de sus actores. Resulta complemente imposible echar la vista atrás y encontrar una sola interpretación en la filmografía del director en la que alguno de sus actores haya estado fuera de tono. La elección de Rooney Mara para interpretar a un icono literario como Lisbeth Salander resulta como mínimo impecable. Era todo un reto interpretar un papel que Noomi Rapace había hecho suyo de una manera tan creíble y potente en la versión Sueca, convirtiéndose de hecho en lo único destacable de la función. La prueba se supera con nota, Rooney compone una Lisbeth en la que dureza y vulnerabilidad se funden de forma creíble, resultando muy difícil no caer finalmente rendido a sus pies.

Menciones especiales también por una lado para el titánico y preciso montaje de la película que hace que sus más de dos horas y media de metraje no solo pasen como un suspiro, sino que sean apasionantes, tensas e hipnóticas (atención a la impresionante secuencia que alterna el momento en que los dos personajes principales llegan, cada uno por su cuenta, a deducir cual es la identidad del asesino, una muestra de cómo conseguir una tensión in crescendo sin que en ningún momento se pierda el hilo de lo que está sucediendo) Por otro lado Trent Reznor y Atticus Ross (ganadores del oscar por la «Red Social» y que si existe justicia deberían repetir), que componen una banda sonora atípica que se ajusta como anillo al dedo al devenir cada vez más tenebroso de la historia.

Esperemos que Ficher no tenga reparos en hacerse con las riendas de las dos siguientes películas que conforman la trilogía «Millenium», ya que en caso contrario no cabe duda que la calidad cinematográfica bajará demasiados enteros. Si no es así, mejor que decidan dar carpetazo y cerrar con este film perfecto que a pesar de toda la cantidad de cine con mayúsculas que encierra, será injustamente ninguneado por una parte de la crítica y de los encargados de otorgar premios anuales por considerarla una mera adaptación de un best seller sin más pretensiones que entretener al personal. Ellos se lo pierden. Arte en el sentido más puro de la palabra, háganme caso, no se la pierdan.

Carlos Polite

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