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"Siete mesas de billar francés" por Carlos Polite

Publicado: 16/10/2007

Última película de Gracia Querejeta, que nos cuenta una historia de segundas oportunidades de personas maltratadas por la vida y de vidas entrecruzadas contaminadas por el fallecido padre del personaje de Maribel Verdú y que muestra, al menos eso espero, que Gracia ha tocado fondo como directora y que a partir de ahora no le queda más que resurgir cual Ave Fénix y volver a los tiempos en los que nos deleitó con obras como “Cuando Vuelvas a Mi Lado”.

Por desgracia nos encontramos con un absoluto despropósito a todos los niveles. Un guión demencial sin profundidad alguna con unos personajes más falsos que una moneda de tres euros, que desaprovecha a dos auténticas bestias de la interpretación patria como son Maribel Verdú y Blanca Portillo. Esta última premiada en el festival de San Sebastián con la Concha de Plata a la mejor actriz (ya se sabe que hay que cubrir cupo con la producción nacional, ya que no sólo hay que premiar en la generalidad de los casos infumables bodrios de filmografías exóticas), interpretando el clásico personaje de persona infeliz e insatisfecha con las defensas bien altas para no seguir sufriendo, que si bien siempre está llena de chasquarrillos supuestamente ingeniosos para conseguir el beneplácito del público, tampoco pone de su parte para dejar atrás ese sufrimiento. La historia, que pretende ser dramática y cómica a la vez, se queda al inicio de cualquiera de sus intenciones, resultando de una artificiosidad en algunos momentos molesta que hubiera despertado las iras de la crítica más exigente si se hubiera tratado de un drama yanqui. Todos los personajes sufren sin medida como el joven Skywalker para que al final como por arte de birlibirloque todo se arregle, todos los personajes sonrían gracias a su implicación personal, autoayuda y reflexión profunda y la gente salga del cine con la lección moral de turno bien aprendida. Menudo tufillo oigan.

En nada ayuda la errática dirección de Gracia. Aunque ya se sabe que de un mediocre guión difícilmente saldrá algo bueno. Este desde luego no es el caso. Arritmia absoluta. La película se estanca a los diez minutos y todo empieza a ir a la deriva y sin rumbo. Escaso atisbo de la magistral dirección de actores que siempre a tenido, incluso en obras medianas como “Héctor”. Pocas veces había visto tan despistadilla a la Verdú. Actriz a la que adoro, que ha adornado incontables sueños míos y de camaradas desde “La Estanquera de Vallecas” y que realizó una magistral interpretación en “El Laberinto del Fauno”. Se pasa toda la película con gesto compungido hasta que consigue quitarse el peso del pasado de sus espaldas. Si bien una terna de competentes secundarios animan (es un decir) de vez en cuando la función, sus historias resultan poco interesantes y de una simpleza y convencionalidad preocupante en sus resoluciones.

Una lástima. Mucho nombre para una película absolutamente fallida.

Carlos Polite

maru en 16/10/2007

jajaja, yo aun no entiendo como le dieron el premio ese en Donostia

raul en 16/10/2007

Una critica muy acertada, desde luego la peli deja esa sensacion de producto fallido sin contemplaciones y roza lo ridiculo en mas de una ocasion

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