Septimo Vicio - El cine visto desde otros t iempos

"John Rambo" por Carlos Polite

Publicado: 14/02/2008

Pura catarsis oiga. Que puedo decir de una figura icónica como Rambo que no hayan leído, visto o comentado cualquiera de ustedes. Pues poca cosa la verdad. Yo no pude ver «Acorralado» en el cine, pero si las siguientes dos entregas, en concreto y especialmente la segunda, una cinta fascistilla y con tufarro yanqui que sin embrago para el que suscribe sigue siendo una de las mejores películas de acción jamás filmadas. Y desde luego tras esta afirmación no se me cae la cara de vergüenza. También recuerdo como me sentía en el momento previo a entrar en la sala, hasta empujones había, impresionante. Sólo por esa excitación, entiéndase más como ansiedad del momento, ya me merecía la pena ver esta película. Una chorrada lo sé, pero una chorrada que a mí me vale. A mí y a casi toda la cuadrilla que fuimos a verla, como con «Rocky Balboa». Lo dicho pura catarsis colectiva.

Esta cuarta entrega viene dirigida por el propio Stallone, que se encuentra al parecer bien a gusto en su doble faceta de director-actor. Desde luego en cuanto a la segunda de ellas tampoco vale cargar las tintas. Cuando uno va a ver una película de Stallone ya sabe lo que hay, parálisis facial y mucha mala hostia. Desde ese punto de vista la película cumple con creces. No hay una sola persona que tenga una muerte plácida en esta cinta, todos mueren de forma muy violenta y sobre una baremo que va desde desconsideradamente hasta salvajemente. Pero supongo que uno es lo que se espera. La violencia es absolutamente brutal y como siempre placenteramente gratuita. Pero bueno, luego te lo visten de denuncia política y queda mejor. En definitiva, Stallone da todo de si para que uno salga de la sala bien servido de lo que iba a ver y se apunta a la filosofía de que si quieres taza, pues taza y media, deleitándonos con un delirante final que pasará a los anales de la historia y que recuerda en su frenético montaje a la secuencia inicial de «Salvar al Soldado Ryan».

Pero es en su faceta de director donde resulta incluso a ratos sorprendente. Una lástima que la lamentable copia que tuvimos el deshonor de disfrutar-padecer no dejará disfrutar plenamente de la belleza de alguna de sus imágenes. Aunque hablar de esto cuando uno se refiere a una de Rambo es como debatir sobre el sexo de los ángeles. Pero es justo darle al rey lo que es del rey. Lo que queda claro es que quien tuvo retuvo y que Stallone no fue por casualidad uno de los grandes de acción de los 80, que es como decir uno de los gigantes del género. Su película se disfruta con mucha facilidad durante sus 85 precisos minutos y al igual que pasaba con Willis y su Mclane, cualquier entrega siguiente será bienvenida por un friki como yo. Siguiente parada, Indiana.

Carlos Polite

david en 14/02/2008

vaya pedazo de oda a la nostalgia por la acción ochentera te has marcado, ¡qué grande!

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