'Upstream Color', amor, libertad y ciencia ficción

El segundo trabajo de Shane Carruth, estrenado hoy en el Festival de Sitges, debería consagrar la carrera del autor de la notable 'Primer'.

Publicado: 11/10/2013

Cuesta no rendirse ante la elegancia y la clarividencia de Shane Carruth. 'Upstream color' es ciencia ficción abstracta, metafísica y deliciosamente romántica, tan épica (la gravedad y la trascendencia de sus especulaciones) como intimista y preciosista; filmada con pulso malickiano (primeros planos, cámara volátil, fotografía etérea, montaje errático, fantasías microscópicas, ideas solemnes) y dejes de film-tesis experimental con guiños al universo de Lynch y Cronenberg.

Reduciendo el diálogo a lo anecdótico (es más, no escucharéis una sola palabra durante los últimos quince minutos de su metraje), la cinta es una alegoría sobre la libertad humana, el pulso del individuo contra los mecanismos de control social (en este aspecto, el sonido, como metáfora, asume una función privilegiada en la trama) y los procesos de interconexión que sustentan el ciclo de la vida (no en vano, Carruth subraya con insistencia la influencia que sobre su trabajo ha ejercido el 'Walden' de Henry David Thoreau, especialmente lo que refiere al vínculo con la tierra, el espíritu de reciprocidad que soporta cualquier ecosistema y el absurdo de las 'cadenas' que nos atan en el seno de una comunidad uniforme). Siempre jugando con conceptos (identidad, fragmentación del ser, libre albedrío, naturaleza, memoria, amor, maternidad) y antagonismos irreconciliables (vida / destrucción, autonomía / determinismo).

Desde sus primeros acordes, uno ya advierte que se va a enfrentar a una obra inteligente y osada que jamás le subestimará, pero el poso que deja tras de sí es insuperable: esa cálida miscelánea de sensaciones y emociones que también despertaba 'Monsters', por citar un caso reciente ("con esos dos organismos simbióticamente ligados haciendo footing a la vez pero en dos lugares distintos, condenados a encontrarse en un medio que se deshace en torno a ellos", como bien apunta J.P. Bango). Sin duda, la película más lúcida y satisfactoria de la temporada.

D. López

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