No. No es país para viejos… ni para
sheriff pasados de vueltas, ni para perdedores incapaces de reconducir sus
destinos ni para asesinos extrañamente ligados a una bombona de oxígeno ni, por
supuesto, para cineastas comprometidos con el noble arte de la narración sin
aspavientos. Sin embargo, de vez en cuando, surge al otro lado del atlántico
una
propuesta que transgrede las convenciones y los inconvenientes, postulando una
revisión de alguno de sus apotegmas más universales, caso del western o del
cine negro, dando como
resultado una bilis creativa de singular calado y apariencia que no sólo
consiente la
aprobación entusiasta de una comunidad de críticos adictos al dogma y al
sectarismo, sino que además logra definirse como un producto cinematográfico
incontestable.
Un tipo de producto, ya
vais viendo por donde voy, que dejó de ser protagonista en el currículum de los
Coen desde hace al menos un lustro, dejando a los hermanísimos perdidos —hasta
ayer mismo— en perversiones iconoclastas y otras obras alimenticias, pero que
sí hizo mella en el último gran narrador norteamericano del Siglo XX (ahora
sabemos que también del Siglo XXI gracias a "The Road"), el septuagenario
escritor Corman McCarthy, cuyas letras nos traen a la memoria conceptos y
texturas
más que próximos al western crepuscular de los años 80 (sí, también al cine de
Walter Hill, otrora principal valedor de este estilo). Quiero decir que esta
vez los Hermanos Coen pisaban suelo seguro...
El recuerdo de "Fargo" (en cuanto a intenciones formales),
de "Un Plan sencillo", (el dinero como primer síntoma de la fatalidad: atención a
la secuencia de los jóvenes que ofrecen la camiseta a Chigurh), de "Los Tres
Entierros de Melquíades Estrada" (Tommy Lee Jones desempolvando cadáveres) y de
"Sed
de Mal" (como epítome del noir fronterizo), se vertebran como vagas referencias
cinéfilas
que el espectador más ilustrado no sabe evitar, y cuya caligrafía y forma nos
sirve para
introducirnos en esta película con una cierta sensación de deja vu. Pronto
veremos que éste es un prejuicio erróneo.
Los párrafos y diálogos de McCarthy
crean una rara simbiosis, algunos dirán que “previsible” y yo “sinérgica”,
entre su propio universo creativo y el pergeñado por los Coen, haciendo de la
suma de ambos talentos una obra
estimulante y retorcida, de desarrollo cadencioso e intenciones filosóficas,
casi tanto como los diálogos que promulga el bueno de Tommy Lee Jones mientras
ve
pasar los recuerdos de toda una vida delante de una nariz, la suya, instruida
por el conformismo, el cansancio y la decepción.
Los hermanos Coen renuncian en "No es país
para viejos" a los requiebros formales y a los personajes histriónicos,
entendiendo que la historia lo es, principalmente, gracias a su fluidez no a
sus condimentos. Y quizá también por eso escamoteen de la narración algunas de
sus soluciones más efectistas resolviendo, en forma de elipsis, todas las
confrontaciones colectivas (no así los ataques, siempre brutales, del asesino
Chigurh).
Queda en la pantalla, sin que medien apenas un par de líneas de diálogo, las
consecuencias de lo acontecido, las imparables secuelas de unas disputas
protagonizadas por unos personajes subsumidos en una espiral de violencia, en
un contexto hostil y polvoriento, al cual se van a adaptar como alimañas por un
puro afán superviviente. Es una película, además, desposeída de clímax (no así
de peaks), concibiendo su conclusión como su comienzo, es decir, dejando que
los personajes prosigan sus vidas o sus muertes (o sus divagaciones
existenciales), sin que ninguno de ellos encuentre otro consuelo que el saberse
víctima de su propio destino. Ese destino con el que alegremente juega ese
perro llamado
Chigurh; un personaje, a todas luces, inolvidable, que se define como el gran
acierto de la función.
Todo junto construye una obra de
madurez incuestionable, de tintes apocalípticos y aires reflexivos, que le
sirve a
los Coen, en fin, para reconducir su
carrera y sus intereses cinéfilos, llevarse algún Óscar, y regodearse de esa
condición marciana que les permite, en este mundillo depredador y nada
condescendiente, elegir tu próximo proyecto a conveniencia. Una suerte que
podemos imitar eligiendo ver esta película en la Cartelera: "No country for old
men" de Joel y Ethan
Coen.
Lo más destacado: las interpretaciones
de unos actores, todos ellos, cuyos registros y matices se disfrutan,
plenamente, en su versión original.
Lo menos destacado: que algunas de las
situaciones planteadas ya las hemos visto en alguna película anterior.
Calificación: 8,1
J.P.BANGO
fatima en 15/06/2009
esta super nefasta esa peli
karolina en 15/06/2009
q esta super esta pagina
Chaos en 12/01/2009
Sobresaliente. Es la primera película que me hace quedarme pegado a la silla, sin necesidad de música. En ni un sólo instante. El desierto texano, le da al film un toque a lo western, que ya se nos hace algo pasado, pero sabe bien. Tomy Lee Jones, hace un papel muy bueno como sheriff con ganas de retirarse, y de dejar esta vida. Una especie de Obi-Wan Kenobi, de los western. Josh Brolin, muy bueno, en su papel de no necesitar ayuda de nadie, ni para nada. Me sorprendió mucho como acabó n la película, ni me di cuenta. Javier Bardem, sobresaliente, un psicópata de primera. No obstante, cabe destacar que en su día crítico a la sociedad americana ¿Cómo debe sentirse ahora que ha ganado un óscar de ella? Yo creo que bastante bien ¿No?. Los hermanos Coen han hecho algo bastante distinto a sus comedias disparatadas, como El gran Leboski, O´Broher, y puede que un poco no tan disparatada Crueldad Intolerable. Y el tiro les ha salido bien. Le doy a la película un 8 tirando a 9, estupenda.
javibar en 12/02/2008
Esperaba mucho mas de esta pelicula. Bardem esta sobresaliente, pero es lo unico que puedo salvar.
No tiene ritmo, ni historia que tratar sino un simple argumento que se propaga durante todo el film.
Supongo que se llevará mas de un oscar, pero para mi deja mucho que desear.
ctd en 09/02/2008
Bardem hace un GRAN TRABAJO.Pero el final....espera algo mas impactante.
La versión original es imprescindible, dado que Bardem no se ha doblado a sí mismo. Aunque hable poco en la película, ha hecho un excelente trabajo con el inglés.
También destacaría que los Coen no han recurrido a la música para reforzar la acción, algo insólito en el cine actual.
fatima en 15/06/2009
esta super nefasta esa peli