Septimo Vicio - El cine visto desde otros t iempos

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Sin duda alguna, al igual que en última instancia la vida del bueno de Carl Fredricksen, la imaginación completamente desbordante y la sabiduría cinematográfica de los genios que pueblan pixar, no puede ser abarcada por la realidad imperante. por eso año tras año se embarcan en viajes imposibles, en aventuras mágicas que nos recuerdan porque unos cuantos amamos el cine por encima de muchas cosas. porque te permite ir más allá, liquidar fronteras y llegar a mundos inimaginables. Hasta ese punto llega la capacidad de estos prestidigitadores del séptimo arte que han convertido el género de animación en otra cosa, en un género mayor, que en algún momento tendrá que tener el reconocimiento de la crítica más cerril y habrá de ser reconocido por sus enormes méritos en lugar de ser encajonado como «una de dibujos». Con Miyazaki ya lo tienen claro, supongo que tras haber abierto con esta obra maestra el festival de Cannes, con pixar también lo tengan.

Publicado: 05/08/2009

Resulta francamente complicado enumerar las virtudes de esta joya en una breve reseña como esta. Hay veces que uno se siente abrumado con lo que ve en una pantalla de cine y esta es una de esas veces. En un giro maestro, Pixar convierte a un anciano septuagenario en protagonista de una aventura sin límites. Carl es un anciano que tras perder a su mujer sin haber cumplido (en mera apariencia) su promesa de hacerle vivir increíbles aventuras, decide echar literalmente a volar con su casa por medio de miles de globos que saca por la chimenea, todo con la finalidad de vivir sus últimos días haya donde sus sueños infantiles habitaron un día. Lo que no espera es que en su aventura se le colará un improvisado compañero de viajes en la figura de un rechoncho boy scout con el que entablara una más que entrañable amistad.

La película se abre de una manera absolutamente conmovedora. La forma en la que se nos cuenta la historia de amor con su fallecida esposa desde niños encoge el corazón. En cuatro minutos sin palabras, en los que la enorme partitura de Michael Giacchino luce en su pleno esplendor, discurre ante nuestros ojos toda una vida, el amor, los sueños truncados, la pérdida de una hijo, el día a día, la enfermedad y la muerte se dan la mano en una secuencia simple y llanamente antológica que entrará con toda justicia en los anales del cine sin tener nada que envidiar al famoso plano secuencia de Sed de Mal (ahí es nada). Cuestión de genios.

Hay que diferenciar lo que aquí vemos de las películas de dibujos animados. Pixar cuenta historias, el resto normalmente chascarrillos acumulados, efectivos en su mayor parte y divertidos, pero chascarrillos al fin y al cabo. Independientemente del fondo familiar del asunto se molesta en presentarnos a personajes que van más allá de su mera intencionalidad cómica. Nunca antes se había presentado al personaje principal de una manera tan dramática, tan adulta. El pequeño boy scout esconde tras de sí mucho más de lo que aparenta su cómica figura, una ruptura familiar y el alejamiento de un padre con el que las cosas más simples resultaban un acto de amor inquebrantable. El villano de la función, una suerte de Kirk Douglas interpretando a una especie de capitán Nemo neurótico. Y finalmente la fauna animal que puebla la cinta, impagable y divertidísima.

Por el camino, una película de aventuras impagable, llena de giños referenciales y secuencias que quedan grabadas en la retina del espectador, puro gozo sensorial. Desde 20.000 Leguas de Viaje Submarino, pasando por Cinco Semanas en Globo y una versión muy sui generis de los aviadores de King Kong, servido con un sentido de la maravilla y el espectáculo sin límite alguno y convirtiendo lo que se inicia como un drama intimista en una frenética película de aventuras. Todo sin un solo tiempo muerto y logrando un perfecto equilibrio entre su variante más adulta y la más infantil, entre sus partes más dramáticas y las más vistosas o espectaculares, por medio de la animación más increíble y detallista que uno se pueda imaginar y de la que ya no queda nada más que decir que no se haya comentado hace tiempo.

Una muestra más del genio de Pixar, una obra atemporal no sujeta a ningún tipo de coyuntura (echen un vistazo a la saga Shrek dentro de unos años y ya me dirán), disfrutable por los niños de hoy en día y por los adultos que un día serán. Cine en estado puro, una razón más para amarlo hasta el fin de los días.

Carlos Polite

juaxix en 05/08/2009

Hola,he descubierto este blog por un colega; me encantó la película, a ver si me la alquilo en DVD para verla en mi nueva tele jeje
Me gusta como expones el artículo, aunque hayas escrito :
"vivir sus últimos días *haya* donde sus sueños"
en lugar de *allá* :) (y ya que estamos podrías poner algun enlace a Michael Giacchino y un acento en "entablará una más que entrañable")
Saludos!

J. P. Bango en 05/08/2009

Totalmente de acuerdo, camarada.

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